domingo, 26 de octubre de 2008

Dos ángeles


No había más que penumbra a mi alrrededor,
las estrellas se escondían tras las nubes,
solo la luna blanca iluminaba en algo la soledad.
Caminé sin rumbo por espinosos caminos,
caminé junto a espectros sin vida.
El frío azotaba sin piedad mi rostro,
revolvía mi largo cabello.
Ya no quería vivir. Los betustos
árboles que rodeaban mi gris camino, se
asemejaban a largos y huesudos dedos, los mismos,
que sentía, me iban a atrapar; iban a
aprisionarme en mi dolor, iban a
arrancarme mis últimas esperanzas de amar.
De pronto mil almas me rodearon, todas
diáfanas, crueles y con sed de beber
la poca luz que quedaba en mi esencia.
Yo, débil, frágil y sin fuerzas, sin
poder defenderme de la inminente
muerte de mis sueños, de volverme
una más de esos entes que habitan
en la tierra, de los desesperados que usan
máscaras para huír de la realidad.
Allí apareciste, allí me salvaste,
mi ángel oscuro, me tomaste entre tus brazos
y me salvaste de esa gruesa oscuridad.
Me llevaste a un bello paraíso, me
alejaste de mi dolor. Tiernamente me besaste,
rrecorriste suavemente mi rostro con tus
labios, tomaste mis manos y las juntastes
fuertemente con las tuyas.
Desde aquel día, nos vemos en ese rincón
escondido, donde nuestro amor no está
prohibido, donde la pasión fluye,
donde soy tu diosa y de nadie más.
Te Amo.

2 comentarios:

derah dijo...

me encanta ^^

Anónimo dijo...

Kaminando la vida.... enkontrando iguales diferente a nosotros komplementos y trabas algunos... enkontrando manos sobre nosotros ke nos aplastan pero tambien enkontrando abrazos y karicias, dejar un minuto la kordura y volvernos lokos por el otro y por uno... (los kaminos llenos de manos huesudas nunka se akaban pero siempre podemos kontar kon las personas ke nos entienden, gracias alucinacion por kontarme tus vivencias y tambien gracias por escucharme)

S.F.